Lo primero que se ha de tener en cuenta, para entender la correcta enseñanza de este relato, es que esta curación del sordomudo ocurrió en tierra de paganos. O sea, fuera de Palestina. Este dato ayuda a comprender mejor el contenido de este episodio. Una vez más, palpamos la incapacidad de comunicación (oír y hablar) que crean las diferencias de "nacionalidad" y de "religiosidad".
El Evangelio no desprecia a los extranjeros. Ni menosprecia las diferencias religiosas. Todo lo contrario. Jesús supera y anula todas las sorderas y todas las incomunicaciones. Y se ocupa, con toda clase de detalles, en resolver los problemas que brotan de la incapacidad para entender al otro y para comunicarse con el otro. Por más que el otro esté imposibilitado para entender lo que se le explica; o para reaccionar ante lo que se le dice con toda claridad.
Jesús tiene que ser siempre "punto de encuentro". El argumento, el símbolo, la fe, que nos lleva a encontrarnos unos con otros, por muy distintos que seamos. Cuando la fe en Jesús y su Evangelio nos hace sordos o mudos, en la relación de unos con otros, esa no es la auténtica fe. Ni en una Iglesia dividida puede vivirse el Evangelio. Teniendo en cuenta que, cuando hablamos de unidad en la fe, se trata de la unidad en lo que la Iglesia nos propone como verdades "de fe divina y católica" (Conc. Vaticano I, Const. Sobre la Fe, cap. 3°. DH 3011). En lo que no pertenece estrictamente a la fe, los cristianos deberíamos respetarnos mutuamente, en todo cuanto es opinable o puede ser interpretado de maneras distintas. La intolerancia es indicio patente de fanatismo.
El oído y el habla son dos facultades importantes para que un ser humano pueda entrar en contacto con su entorno. Hoy han avanzado enormemente los tratamientos y técnicas para la comunicación interpersonal. En los tiempos de Jesús el asunto era muy complicado.
Por otra parte, no poder oír ni hablar implicaba que la persona quedara aislada de la comunidad. Además, como ya lo dijimos, las limitaciones humanas eran interpretadas como castigo divino por las faltas cometidas. Jesús devuelve el oído y el habla a una persona, es decir, le retorna la posibilidad de poderse comunicar, de exteriorizar sus pensamientos y sentimientos. Este hombre simboliza al pueblo a quien el sistema religioso vigente le había robado el habla y la escucha. La comunicación (hablar/oír) posibilita la creación de comunión y la posibilidad de sentirse integrado a la vida de la comunidad. Y la comunicación contribuye notablemente al proceso de crecimiento y maduración del ser humano. ¿Cómo funciona la comunicación intrafamiliar y comunitaria en tu espacio de vida?
TEMA. Las tentaciones. ¿Las considero algo normal? ¿Las rechazo al comienzo o jugueteo con ellas? ¿Cuál es mi experiencia en esta materia?
INTRODUCCIÓN Una vez más nos encontramos con una historieta mediante la cual Dios nos quiere revelar alguna importante verdad espiritual. La narración indica claramente que se trata de una composición novelada para manifestarnos nada menos que lo peligroso de coquetear con las tentaciones. TEXTO: Gen. 3, 1-8
Mc. 7, 31-37 Jesús nos ayuda en las tentaciones… nos da su ejemplo en el desierto. La tentación se camufla siempre de algo que nos pique la curiosidad o el amor propio, o lo que sea, pero siempre como plano inclinado para que “resbalemos” hacia algún desastre moral. Se insinúa al principio como una pérdida de libertad: no podéis comer del árbol del bien y del mal. Hoy sonaría a algo así como: no te dejan, no puedes hacer esto o lo otro. ¿No puedes hacer lo que quieras? Luego viene la forma de desafío: atrévete a comer. Hoy sería ¿todavía no lo has hecho? ¿Te da miedo? Esto lo he oído en mil ocasiones entre muchachos en el Instituto ante la droga o ante el sexo. ¿Todavía eres virgen? ¡No me lo puedo creer! No has fumado mariguana… ¿crees que es malo? Por último las grandes promesas: serás como dios… habrás gozado de la vida, lo habrás pasado “chupi”… esto es gozar de la vida…. Ocurrido el desastre vienen las lamentaciones: es que me dijeron, es que eran todos, es que …lo que sea. Fuiste débil y caíste. La única salvación contra las tentaciones sean del tipo que sean es darles un portazo; ni un segundo de coqueteo con ellas. Cuanto más rápido se actúe más fácil será el vencerla. Si se la deja crecer la cosa se pone fea, muy fea. Aprendamos de esa gran lección que nos da Dios con este relato y comprometámonos a ser diligentes en esas ocasiones. Se lo pedimos a Dios con la ORACIÓN-COMPROMISO.
Para que tenga ideas claras sobre lo que es bueno y lo que es malo. Roguemos. Para que no tontee con las tentaciones porque terminarán dominándome. Roguemos. Para que ayude a los que luchan por vencerlas en lugar de empujarles al mal. Roguemos. Para que no sea yo nunca ocasión de tentación para los demás. Roguemos. |