REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1175. 7 de marzo de 2021.
El próximo sábado 13 de marzo, en la eucaristía de 6 de la tarde en San Vicente, celebraremos, Dios mediante, el sacramento de la Confirmación de 14 jóvenes.
Preparándonos para este acontecimiento, nos venía a la mente esta comparación:
Cuando un entrenador manda salir al campo a un futbolista, le pone la mano en el hombro y le da sus últimas instrucciones. Así se puede entender también la Confirmación. Entramos en el campo de la vida. Se nos imponen las manos. Por el Espíritu Santo sabemos lo que debemos hacer. Nos ha motivado profundamente. Su envío resuena en nuestros oídos. Sentimos su ayuda. No queremos decepcionar la confianza que ha puesto en nosotros y vamos a ganar el partido para él. Solo tenemos que querer y escucharle.
Los jóvenes que se confirman quieren compartir con nosotros su agradecimiento a Dios por el camino que recorren como creyentes en la parroquia de San Vicente Mártir de Abando.
GRACIAS, DIOS PADRE
- Por haberme guiado a lo largo de las distintas etapas de mi vida y por haberme encendido la luz en los momentos oscuros.
- Por la ayuda que la fe me ha dado en mi vida y por la confianza que me transmite.
- Por el grupo con el que me voy a confirmar, él me ha ayudado a mantener y reforzar mi fe.
- Por ofrecernos la oportunidad de celebrar el sacramento y así acercarnos un poco más a ti.
- Por estos últimos años de Confirmación en los que he conocido gente nueva y experimentado cosas nuevas a través de la fe, que me ha ayudado tanto en todos los sentidos de mi vida.
- Por los valores que me ha aportado la fe cristiana en el camino a la Confirmación y por los momentos de convivencia compartidos con el grupo, ya que estos momentos son de gran ayuda para mi desarrollo como persona.
- Por el sacramento de la Confirmación, que implica madurez cristiana, y es signo de compromiso con el que entramos en el corazón de la Iglesia y recibimos la presencia de Jesús. Todo esto lo hacemos llenos de alegría, la misma que ha estado presente en cada momento de nuestro proceso de madurez humana y cristiana.
- Por estar siempre ahí con el grupo y con la familia.
- Por haber puesto en nuestro recorrido a nuestros entregados monitores.
- Y gracias a ti, Iglesia, por habernos acogido.
«La Iglesia está viva, porque es joven»
Benedicto XVI