REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1184. 16 de mayo de 2021.
No tanto mirar al cielo. Es misión nuestra mirar más a la tierra para que se vaya convirtiendo en un cielo. La hora del compromiso. Quiere decir que, si Cristo se ha marchado, nosotros tenemos que hacerlo presente. Es la hora del testimonio. Jesús mismo nos envía: “Id y haced discípulos”. No es cuestión de quedarse en el monte, sino de bajar donde están los hombres y repetirles las palabras de Jesús: “Enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”.
Recogemos el testigo de Cristo. Recorramos el mundo presentando este testigo. Repitamos no sólo las palabras, sino los gestos de Jesús: donde haya una herida, sepamos curar, donde haya una necesidad, sepamos compartir; donde haya una división, sepamos unir; donde haya una soledad, sepamos acompañar; donde haya una injusticia, sepamos luchar; donde haya un desamor, sepamos amar, siempre sepamos amar.
Id al mundo entero repitiendo mis palabras, multiplicando mis gestos, renovando mis actitudes, actualizando mi entrega, celebrando mi Pascua. Haced mis veces. Sed una pequeña imagen mía, un pequeño Mesías, un Jesús vivo.
La tarea que nos espera es tremendamente difícil. Hay muchos enfermos que curar y muchos pobres que evangelizar. Hay muchos oprimidos que liberar y muchos marginados que integrar. Hay muchos muros que romper, muchos puentes que construir, muchas manos que unir; y hay muchas dudas que esclarecer y muchos errores que combatir y mucha verdad que buscar. Hay realmente mucho que hacer. ¡Son tantas las necesidades materiales y espirituales! “La mies es mucha y los obreros pocos”. Sintamos que nuestro Señor Jesucristo hoy, el día de su despedida nos envía también a nosotros.