Decálogo de la amabilidad para practicarlo en casa y fuera de casa durante el verano.
- Trata de reconocer y respetar los derechos y los méritos de los demás, y de aceptar sus formas de pensar, aunque sean distintas de las tuyas.
- Trata a los demás con el mismo respeto y cariño con el que te gustaría que te tratasen a ti.
- Procura ser complaciente con los que te rodean cuando te piden un favor o solicitan tu ayuda.
- Utiliza palabras como gracias, perdón, por favor, que te facilitarán y harán más agradable tu relación con los demás.
- Intenta ver en cada persona lo mejor de ella. Seguro que lo encontrarás, te sorprenderá.
- Acostúmbrate a expresar tus mejores sentimientos, no los reprimas. Trata a los demás con toda la naturalidad, la alegría y el afecto que espontáneamente salgan de ti.
- Acostúmbrate a sonreír. Muéstrate solidario, optimista y colaborador con las personas con las que convives.
- Piensa que, si todos tratamos de dar lo mejor de nosotros mismos, todos seremos mucho más felices.
- Trata de analizarte y observa si, cuando eres amable o afectuoso con los demás, te sientes más a gusto contigo mismo.
- Comprueba cuántas horas al día estás de buen humor. Si son muchas, alégrate porque estás construyendo un mundo más amable.