Se acerca el verano y muchas personas tendrán la oportunidad de disfrutar unos días de vacaciones. Dicen que las vacaciones consisten en cambiar de actividad y bien que nos hace este tiempo de cambio de vida.
Bien que nos hace, por ejemplo, aprovechar las vacaciones para realizar un viaje por tantos y tantos lugares nuevos y enriquecedores en todos los sentidos. Lugares y ambientes que recrean y embellecen nuestros ojos del cuerpo y también del alma; lugares para la admiración o el descanso del espíritu.
Bien que nos hace, también, el tiempo de vacaciones para la lectura y reflexión. Un tiempo este de las vacaciones para entrar en el alma y reencontrarnos con lo mejor y más admirable de nosotros mismos. ¡Cuánto bien nos puede hacer un buen libro y un espacio de silencio para la lectura y la reflexión…!
Bien que nos hace el tiempo de vacaciones para pasear y descansar; un tiempo para vivir un ritmo de vida distinto del de todos los días y meses del año, tan cargados siempre de idas y venidas con celeridad.
Bien que nos hace también el tiempo de vacaciones para charlar y conversar más con todos, con aquellos que vemos a menudo o con aquellos que no vemos en todo el año. Tiempo para potenciar el diálogo y el encuentro entre todos.
Buen tiempo de vacaciones.
Vuestro párroco, Fernando Marcos Ayjón.