REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1270. 22 de octubre de 2023.
En un autoservicio una respetable anciana de 75 años pidió un plato de lentejas y se sentó en una mesa. ¡Ay! -dijo-. Se me ha olvidado el pan.
Se levantó, fue a coger el pan al mostrador y volvió a sentarse en la mesa donde encontró o un hombre de color sentado ante su plato y a punto de comerse las lentejas.
¡Bueno -pensó la viejecita- esto es demasiado! Pero parece que es un pobre. No le diré nada. No quiero que se burle de mí.
Se sentó enfrente del hombre y sin decir uno palabra metió su cuchara en el plato. Cuando se acabaron las lentejas, se levantó el hombre, cogió una buena fuente de espagueti y la colocó enfrente de la viejecita con dos tenedores y siguieron comiendo así por riguroso turno.
Cuando acabaron, se pusieron en pie. ¡Hasta la vista!- dijo amablemente lo viejecita. ¡Hasta la vista!- contestó el hombre con los ojos brillantes. Parecía una persona contenta por haber ayudado a una viejecita.
Y se marchó, mientras la viejecita se quedaba mirándolo. Al volver los ojos hacia atrás, la viejecita vio en la mesa de al lado un plato de lentejas que alguien había olvidado… ¡SU PLATO DE LENTEJAS!
La tierra empezará a ser el Reino…
Si nosotros salimos a la vida partiendo nuestro pan con el hambriento, rompiendo piedra a piedra las discordias, poniendo el bien en todos los senderos.
Si nosotros salimos a la vida, viviendo en nuestra carne tu Evangelio, diciendo que es urgente despertarse, que solo los sinceros ven tu Reino…