Otro año más ponemos la guinda al pastel con el campamento de verano. Decenas de niñas y niños conviviendo y compartiendo una experiencia única, lejos del ruido de la ciudad, respetando y aprendiendo de las personas que les rodean. El éxito que venimos cosechando, tanto en esta como en las anteriores ediciones, hace que parezca una tarea sencilla. Sin embargo, es enorme el trabajo y esfuerzo detrás de una oportunidad como ésta.
La excelente respuesta por parte de la juventud ante el campamento, nos recuerda la importantísima labor que se está realizando con los más pequeños. Son multitud de personas las que se encuentran detrás de nuestras actividades; familias, niños y niñas, monitoras, catequistas, comunidad parroquial… Y gracias a todas ellas podemos celebrar triunfos como éste.
Cuidando a los más jóvenes, cuidamos también nuestro futuro y el Albergue de Santibáñez de Zarzaguda ha sido testigo de ello durante estos días.
Ahora toca descansar, un alto en el camino para recordar el trabajo realizado, valorarlo y mejorar. Pronto volveremos con más fuerza, con la misma ilusión, impacientes por ver lo que un nuevo curso nos depara.