REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1252. 12 de marzo de 2023.
Después de haber atravesado un camino largo y difícil, el viajero llegó a la entrada del pueblo en el que pasaría los próximos años de su vida. Inquieto sobre la forma de ser de la gente en ese lugar, le preguntó a un viejo hombre que descansaba recostado bajo la sombra de un frondoso árbol de cedro: – ¿Cómo es la gente en este lugar? -le dijo al viejo, sin saludarlo-. Es que vengo a vivir aquí y donde yo vivía las personas eran complicadas y agresivas. La arrogancia y la insensibilidad eran el pan de cada día.
El anciano, sin mirarlo, respondió: – Aquí la gente es igual.
El viejo siguió reposando. El caminante prosiguió su camino.
Horas después otro viajero que también llegaba al pueblo se acercó al anciano y le dijo: – Buenas tardes, señor, disculpe la molestia, yo vengo a vivir a este pueblo y me gustaría saber cómo es la gente, porque en donde yo vivía las personas eran atentas, generosas y sencillas.
El anciano levantó la cabeza, sonrió y le contestó: – Aquí la gente es igual.
Así que, en vez de preguntarte cómo te tratan los que te rodean, mejor pregúntate cómo les tratas tú a ellos.
A la larga la gente se termina comportando contigo como tú te comportes con ellos. Observa si las actitudes de los demás contigo no son más que tu propio reflejo.