REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1301. 26 de mayo de 2024.
Un día la profesora, preguntó a sus alumnos, si ellos sabían explicar quién era Dios. Un alumno levantó la mano y dijo; «Dios es nuestro Padre, ÉI hizo la tierra, el mar y todo lo que existe. Nos hizo a nosotros como hijos suyos».
La profesora buscando más respuestas fue más lejos: “¿Cómo sabéis que Dios existe si nunca lo habéis visto?”.
Todo el salón quedó en silencio. Ezequiel, un niño muy tímido, levantó su mano y dijo; “Mi ama dice que Dios es como el azúcar en mi leche que me hace todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche, pero si no tuviera azúcar, la leche no tendría buen sabor. Así es Dios, Él está siempre en medio de nosotros sólo que no lo vemos, pero si Él se fuera, nuestra vida quedaría sin buen sabor”.
La profesora sonrió y dijo: “¡Muy bien, Ezequiel! Yo os he enseñado muchas cosas, pero hoy tú me has enseñado algo más profundo que todo lo que yo ya sabía. ¡Ahora sé que Dios es nuestro azúcar y que está todos los días endulzando nuestra vida”. Se acercó y le dio un beso, agradecida por la respuesta de aquel niño.
La sabiduría no esta en el conocimiento sino en la vivencia de Dios en nuestras vidas. Creer no es ‘saber’, es ‘vivir confiados’. Teorías existen muchas, pero dulzura como la del amor de Dios aún no existe ni en los mejores azúcares.
