REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1174. 28 de febrero de 2021.
Cuando Jesús hablaba, encendía los corazones sinceros y nobles, pero en su callar sorprendió a todos, desconcertó a sus mismos enemigos. Jesús, callando, enseñó a llevar la cruz. Por eso mismo:
- Callar cuando acusan, es heroísmo.
- Callar cuando insultan, es amor.
- Callar las propias penas, es sacrificio.
- Callar miserias humanas, es caridad.
- Callar a tiempo, es prudencia.
- Callar en el dolor, es penitencia.
- Callar palabras inútiles, es virtud.
- Callar cuando hieren, es santidad.
- Callar para defender, es nobleza.
- Callar defectos ajenos, es benevolencia.
- Callar debiendo hablar, es cobardía.
Es importante aprender, primeramente a callar para luego poder hablar con acierto y tino, porque si hablar es plata, callar es oro. De la misma manera como tú callas y defiendes a los demás, cubriendo los defectos ajenos, de la misma manera serás defendido por Dios. Por esto:
- Callar las cualidades propias, es humildad.
- Callar las buenas obras del prójimo, es envidia.
- Callar para no herir la susceptibilidad, es delicadeza.
- Callar los defectos propios, es prudencia.
- Callar los defectos ajenos, es caridad.
- Callar las palabras inútiles, es sabiduría.
- Callar para escuchar, es educación.
- Callar a tiempo, es discernimiento.
- Callar junto al que sufre, es solidaridad.
- Callar cuando se ha de hablar es cobardía.
- Callar ante el fuerte, es sometimiento.
- Callar ante el débil, es magnanimidad.
- Callar ante una injusticia, es complicidad.
- Callar cuando te humillan, es andar en la verdad.
- Callar en los momentos de dolor, es virtud.
- Callar ante la injuria, es fortaleza.
- Callar para amar mejor, es santidad.