Querida comunidad,
En estos días hemos estrenado un nuevo año, 2025, compartiendo deseos de alegría y esperanza y pidiendo a Dios que derrame bendiciones sobre cada uno de nosotros, de nuestras familias y de toda nuestra comunidad parroquial para que este nuevo año sea un tiempo de paz, salud, y, sobre todo, de crecimiento espiritual. Un año jubilar que el Papa Francisco nos invita a vivir como peregrinos de esperanza.
Un año más, el día 22, celebramos la fiesta de San Vicente Mártir. Recordamos la figura de San Vicente que nació en Huesca, y vivió en el siglo III. Fue conocido por su firmeza en la fe cristiana durante una época de persecuciones bajo el emperador Diocleciano. Como diácono, San Vicente dedicó su vida a servir a los más necesitados, predicar el Evangelio y ayudar a los cristianos perseguidos. Su testimonio de fe lo llevó a ser arrestado y, tras sufrir terribles torturas, fue finalmente martirizado en el año 304 en Valencia.
En su vida, San Vicente demostró una profunda esperanza en Dios, incluso en los momentos más difíciles. Su valentía y dedicación a Jesucristo nos inspiran a nosotros a mantenernos firmes en nuestra fe, a ser una parroquia más solidaria, más unida y más misionera. Aprovechemos las oportunidades que nos brinda este nuevo año jubilar para fortalecer nuestra fe, vivir con generosidad y, sobre todo, ser instrumentos de paz y esperanza en la sociedad.
Con cariño, vuestro párroco, Fernando Marcos Ayjon.