REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1215. 20 de marzo de 2022.
- Un vaso de agua gratis.
- Dos minutos ayudando a atravesar la calle.
- Un objeto menos en nuestra casa.
- Unos céntimos que ni van ni vienen.
- Un día de ayuno consciente.
- Unos refrescos menos en nuestros sudores.
- Esas visitas al hospital o a la cárcel.
- Unas horas escuchando soledades.
- Una sonrisa una disculpa a tiempo.
- Un “gracias”.
- Un acercarse a quien se siente solo.
- Un quedar con quien no tiene motivos para salir de casa.
- Una palmada en la espalda.
- Un apretón de manos.
- Una compra menos en nuestros haberes.
- Son cosas pequeñas.
Nuestra cultura progresista las repele, llamándolo: asistencialismo, limosnas, caridades, paternalismo, justificaciones, austeridad que ni va ni viene, parches…, decimos en nuestro lenguaje.
Esas cosas chiquitas no acaban con la pobreza, no sacan del subdesarrollo, no reparten los bienes, no socializan los medios de producción, no despojan las cuevas de Alí Babá, no trastornan el orden, no cambian las leyes…
Pero desencadenan la alegría de hacer y mantener vivo el rescoldo de tu querer y nuestro deber. Al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de mostrar que la realidad es transformable.
Señor de la historia y de la vida, no sea yo quien menosprecie y deje sin hacer las cosas pequeñas de cada día.