El pasado lunes 10 de julio, convocados por el grupo Hego Berria de la parroquia y la Fundación Amigos de Mufunga, se celebró en los locales de Bengo Leku un encuentro con antiguos misioneros de la R.D. del Congo, la Delegación de Misiones y dos misioneras que están pasando actualmente sus vacaciones entre nosotros.
El encuentro se inició con una visión general de la actual situación del Congo y recordando los proyectos del misionero bizkaino Xabier Goicouria y que en palabras de nuestro obispo Joseba, “tienen un gran futuro africano”. No se pudo dejar de comentar los altos niveles de corrupción y el desastre político total que actualmente existe en el país.
La misionera Maribe Bengoetxea, Mercedaria de Berriz, con 58 años seguidos en la misión de Likasi, en la provincia de Alto Katanga, nos contó cómo es la única religiosa no congoleña, en una comunidad de cuatro monjas y cuatro postulantas. Actualmente da un curso de formación de la mujer, fundamentalmente “Corte y Costura”. Por diversas razones se da un cierto abandono a las aulas, pero aún así el pasado curso lo terminaron 15 madres solteras. Las otras hermanas de comunidad dirigen y colaboran en un colegio con menos de 40 profesores y más de 1.000 alumnas. Tras los tres primeros años académicos aceptan también la matrícula de chicos, pero su principal objetivo es promocionar a la mujer en una sociedad en la que la mujer está marginada en la educación.
La misionera Petra Barrientos, Carmelita Misionera, colabora, ya jubilada, en el hospital de Bunkeya donde ha trabajado muchos años como Comadrona y Responsable de la Maternidad. Es un Hospital de Referencia con 110 camas y dos quirófanos, donde trabajan cuatro médicos, incluida la guipuzcoana Nekane, cirujana y Directora del Hospital. Solo en la maternidad atienden una media de 100 partos al mes. Actualmente combaten bastantes casos de tuberculosis.
La tercera religiosa de la comunidad de Bunkeya es Magda, una polaca que se encarga del foyer con más de 40 mujeres (adolescentes y/o madres) donde reciben las clases a las que no pudieron acudir de niñas y asisten a un taller de costura donde confeccionan unos preciosos bolsos étnicos que comercializan para salir adelante.
Estos días, el hospital está esperando la llegada de un equipo de médicos africanos, a cuyo frente hay un norteamericano, que operarán sin descanso todo tipo de intervenciones durante unos días. Ello es posible gracias a la capacidad y buen equipo con el que cuenta el hospital. En otoño llegará otro equipo de médicos con la misma finalidad, y esta vez serán belgas.