“ATZEKO HAUSNARKETA”. JAUNAREN EGUNA 1253 zkia. 2023ko martxoaren 19a.
EI otro día vi, en plena calle, a una muchacha joven que, mientras andaba, sonreía. Miraba al suelo y sonreía. Caminaba ensimismada. No veía nada más. Ni la gente que pasaba por su lado. Muy seguro que lo que tenía en su mente debía de ser muy agradable para esa persona: tal vez un buen recuerdo o unas palabras amables o un próximo encuentro… y sonreía placenteramente. Se la veía satisfecha, contenta, feliz.
El humorista Gila afirmaba: “Yo, que ando mucho por la calle, de cada mil personas que miro, solo veo sonreír a una. Pero esto de que la gente ande muy seria, a veces triste y no sonría… no es patrimonio nacional; pertenece a una época que estamos atravesando.”
Otro autor dice: “¡Ay, si pudiera sacarles una sonrisa, un poco de amabilidad!”
Si supiéramos dibujar un rostro más sonriente y una actitud más amable en plena calle, muy seguro que haríamos una ciudad más habitable, mejor.
Pensemos que cada vez que somos amables y regalamos una humilde sonrisa: estamos mejorando la convivencia, mejoramos la ciudad y estamos desterrando las malas maneras al ofrecer amistad.