Puede parecer poco tiempo, pero tres días y dos noches bastan para dejar huella. Así hemos vivido estas últimas convivencias el pasado fin de semana, del 17 al 19 de noviembre.
Salimos el viernes con las mochilas cargadas con la ropa, el saco, el neceser… pero sobre todo con las ganas de pasar unos días llenos de diversión y reflexión. Con el buen tiempo de nuestra parte, podemos afirmar que el albergue Maturana en Berriz fue el lugar idóneo para disfrutar de las actividades, veladas y oraciones con éxito.
Y aunque nos quedamos con ganas de más, estas primeras convivencias han servido para recargar pilas y seguir acudiendo cada viernes a los locales para las reuniones de los grupos. Queda menos de lo que creéis para las siguientes y estar seguras de que las prepararemos con tanto mimo como estas últimas.
¡Hasta pronto!