REFLEXIÓN «LA CONTRA». EL DOMINGO Nº 1236. 20 de noviembre de 2022.
Mandar no es:
- Situarse en una situación de privilegio que permita vivir cómodamente sin hacer nada.
- Aprovecharse de las ventajas de un cargo.
- Hacer temblar a quienes nos rodean tratando de descargar en ellos los sinsabores de los que antes fuimos víctimas.
- Hacer sufrir a los colaboradores los altibajos de humor derivados de nuestras circunstancias personales.
- Apoyarse en los subordinados como columnas sobre las que medrar, inmovilizándolos más a ellos en el sitio donde se encuentran.
Mandar es:
- Convertir en propia la tarea que se nos ha encomendado poniendo en ella todo el interés que se pone en las cosas propias.
- Integrarse en el equipo de personas que nos han sido dadas como colaboradores.
- Marchar delante con el ejemplo, a la hora de la dificultad.
- Luchar por los intereses de los subordinados, que es una de las formas más eficaces de luchar por los intereses de la empresa.
- Crear un ambiente de confianza en el propio equipo y de armonía y colaboración con los equipos ajenos.
- Mandar es oír, porque solo quien sabe escuchar llegará a un hondo conocimiento de los problemas.
- Prever, porque el jefe que no se adelanta a los acontecimientos se verá desbordado por ellos.
- Organizar los medios, las personas, y a sí mismo, planificando debidamente el propio trabajo.
- Actuar: el jefe que quiera de verdad hacer honor a su nombre se esforzará por suplir con su inteligencia, habilidad y comprensión tanto las limitaciones y lagunas propias como las de quienes le rodean: superiores, iguales o subordinados.